Miguel Ángel Poblete

Miguel Ángel Poblete
Miguel Ángel Poblete durante una aparición en septiembre de 1983
Información personal
Nacimiento 27 de mayo de 1966 Ver y modificar los datos en Wikidata
Curicó (Chile) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 27 de septiembre de 2008 Ver y modificar los datos en Wikidata (42 años)
Villa Alemana (Chile) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Chilena
Religión Católico
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Miguel Ángel Poblete Poblete (Curicó, 27 de mayo de 1966-Villa Alemana, 27 de septiembre de 2008) fue un místico chileno, también conocido como El vidente de Villa Alemana o El vidente de Peñablanca. Recibió durante la década de 1980 apariciones de la Virgen María en la advocación de la Dama Blanca de la Paz en el cerro El Membrillar (luego conocido como Monte Carmelo) de Peñablanca, en las afueras de Valparaíso (Chile), que convocaron a miles de personas que acudieron allí entre 1983 y 1988.

En su momento, miembros de la Iglesia Católica acusaron a estas apariciones de ser de una operación encubierta de la dictadura militar para distraer la atención de la situación política y económica que atravesaba el país en 1983, argumento recurrente de quienes cuestionan estos eventos.[1]

Tiempo después de terminadas las apariciones, Miguel Ángel, quien vivió buena parte de su niñez y adolescencia en hogares de menores, cambió de sexo tomando el nombre de Karole Romanov,[2][3]​ se alejó de quienes tuvieron contacto con él durante las apariciones y llevó una existencia errática los últimos años de su vida.[cita requerida]

La Diócesis de Valparaíso no ha reconocido como ciertas estas apariciones, pero ha autorizado la realización de actos de culto en el lugar como un gesto pastoral hacia los peregrinos.

Biografía

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Este aviso fue puesto el 18 de diciembre de 2014.

Niñez y adolescencia

Miguel Ángel Poblete nació el 27 de mayo de 1966 en la ciudad de Curicó, en la zona centro de Chile. Su madre, María Rebeca Poblete Guerra quien tenía 15 años de edad al momento de darlo a luz lo inscribió como hijo natural el 6 de junio del mismo año bajo el número 1.096 del Registro Civil. No se conoce la identidad de su padre. A las dos semanas de nacido fue abandonado por su madre en el Hospital de Curicó y entregado al cuidado de Emelina Jara Constanzo, mujer caritativa de la ciudad que tenía una guardería para niños abandonados. Ella lo acoge en su hogar como un hijo más junto a sus hijos Adelaida, Erika y María Angélica, esta última hija adoptiva. El esposo de Emelina, Juan Acevedo, de profesión contador, fue una figura paternal para Miguel Ángel durante algún tiempo hasta su fallecimiento, que unido a vicisitudes económicas obligaron a Emelina a cerrar su guardería y trasladarse a la casa de Erika en la ciudad de Santiago llevando a Miguel Ángel que contaba ya con nueve años de edad y María Angélica. Tensiones con el marido de su hija fuerzan a Emelina a entregar al menor al Hogar de menores Javiera Carrera ubicado cerca de Farellones, en la otrora Casa El Cañaveral, residencia de descanso del expresidente Salvador Allende. Allí Miguel Ángel, acostumbrado hasta entonces a un hogar estable y cariñoso conoce la violencia al sufrir el hostigamiento de los otros menores y un intento de agresión sexual de parte de un funcionario del hogar llamado Walter. Todo esto lo llevó a tomar la determinación de huir del establecimiento. [4]

Miguel Ángel logra regresar con Emelina, pero es colocado en el Hogar Bethel pudiendo cursar junto a otros internos el 5° año básico en la Escuela Pública N° 176 de Macul, cuya directora, Julia Díaz, le toma cariño tratando sin éxito de colocarlo en un hogar de las Aldeas Infantiles SOS, razón por la cual debe llevarlo al Hogar Galvarino ubicado cerca del centro de Santiago. Díaz interpuso una denuncia en el 6° Juzgado de Menores por “abandono”, según consta en el expediente N° 3.263. La Juez de Menores Blanca Torres le confía el cuidado del menor, lo cual pudo concretizarse solo por algún tiempo, por lo que Emelina nuevamente debió hacerse cargo de Miguel. Pensando que había abandonado el Hogar por mala conducta, lo coloca bajo la tuición del Juzgado de menores y regresa al Hogar Galvarino donde pasa meses de malos tratos hasta ser reubicado en otro establecimiento denominado Realidad. Allí sufre un episodio de violencia cuando al acostarse fuera de la hora indicada a raíz de un dolor de cabeza, un funcionario del establecimiento no solo lo reprende, sino que le propina un golpe de kárate en la base del cuello debiendo ser llevado al Hospital Paula Jaraquemada (hoy Hospital Clínico San Borja Arriarán) donde se le diagnosticó fractura. Como reparación es enviado de regreso al Hogar Javiera Carrera que al cambiar de administración y ser asumido por una fundación religiosa pasa a llamarse Aldea de Hermanos. Miguel acepta el traslado solo al saber que el funcionario que lo acosó abandonó el establecimiento. Lo anterior le permite continuar estudios en la Escuela Particular N° 629 San Juan de Kronstradt, donde por equivocación es matriculado para cursar 8° básico cuando le correspondía 6° año.

El 30 de abril de 1980 Miguel sufre un accidente mientras se trasladaba a la escuela en el vehículo del hogar repleto de alumnos, el cual se desbarrancó tras el reventón de un neumático. El menor fue trasladado a la Posta Central de Santiago, diagnosticándole fractura en uno de sus brazos, fractura dorso lumbar y un TEC. En junio volvió a la Aldea de Hermanos, enyesado e inmovilizado [5]​.

Pasada la convalecencia, le quitan el yeso juzgando ya había completado la rehabilitación. Sin embargo, Miguel Ángel queda con dolores a la columna que lo acompañarán de por vida. A consecuencia del extenso período de recuperación el muchacho reprueba el año escolar y le dan dos semanas de vacaciones en las que regresa con Emelina. Cansado por los malos tratos recibidos le informa que las vacaciones son por un mes al cabo de los cuales ella le indica a él que debe regresar a la Aldea de Hermanos, donde se había notificado su desaparición al 6° Juzgado de menores y lo busca un detective. A raíz de lo anterior finalmente es expulsado del establecimiento y retorna al Hogar Galvarino donde nuevamente debe cursar 8° año básico en la Escuela San Lázaro, ganándose la envidia de algunos internos por tener la posibilidad de estudiar. Al ser invitado por un compañero de escuela a su casa, solicita autorización la que le es concedida con la condición de regresar a más tardar a la medianoche. A pesar de llegar una hora antes de lo estipulado, la descoordinación entre los inspectores de turno ocasiona que estos últimos no le permitan entrar creyendo que se había fugado. Lo anterior lo deja sin rumbo fijo, pasa brevemente por el Hogar Bethel y cansado se presenta a una comisaría desde donde es derivado al 6° Juzgado de menores.

El 15 de junio de 1981 la Juez Sra. Blanca Torres, al confirmar que Miguel Ángel acudió a las autoridades por voluntad propia, no por haber cometido un delito ordenó el ingreso de este a la Casa de Menores de Santiago. Consultado en este establecimiento caso tiene algún conocimiento sobre su madre, responde que lo único que sabe es que había nacido en Curicó, ciudad donde es enviado para que sea ubicada su madre. Increíblemente es llevado a un recinto Juvenil Penal, a pesar de que jamás había cometido un delito. Transcurren cuatro meses y las diligencias resultaron infructuosas. Se escribe a Emelina, que sin saber de las irregularidades sucedidas piensa que Miguel Ángel ha adquirido mal comportamiento. Las autoridades deciden enviarlo nuevamente a la Casa de Menores en Santiago, donde ingresa por segunda vez el 29 de octubre de1981, permaneciendo allí casi ocho meses. El muchacho había ya perdido el año escolar, pero en 1982 asiste nuevamente al 8° año Básico en una Escuela Pública en calle Santa Rosa.

El17 de junio de 1982 una orden judicial del 6° Juzgado de Menores, que le consigna como “abandonado” lo envía al Hogar Carlos Van Buren (hoy Instituto de menores Luis Amigó) en la comuna de Villa Alemana, a las afueras de Valparaíso. Se puede considerar que esta fue la estadía más tranquila que tuvo de todos los establecimientos por los cuales debió pasar, continuó sus estudios de 8° año Básico en la Escuela de Peñablanca. El primer semestre de 1983 fue inscrito por los encargados del Hogar en el Instituto CEA en la ciudad de Quilpué, donde toma un curso de peluquería[6]​.

Se conocen estos datos gracias a las declaraciones de la juez del 6° Juzgado de Menores Blanca Torres, registradas por la Trabajadora Social Mónica Díaz Bordeu, quien realizó una detallada investigación de los antecedentes de Miguel Ángel Poblete. Además, el propio joven contaba con un diario de vida donde ponía por escrito sus vivencias.

Comienzo de las apariciones

El domingo 12 de junio de 1983, Miguel Ángel tiene diecisiete años de edad. Los jóvenes del Hogar Carlos Van Buren son invitados a participar de un paseo junto a muchachas de un hogar ubicado en la cercana comuna de Limache. Por la capacidad del vehículo se realiza un sorteo para elegir a seis internos que podrían asistir. Miguel Ángel y dos compañeros no quedan entre los seleccionados. Estos dos últimos proponen al menor otro programa: subir al cerro El Membrillar del sector de Peñablanca (en la misma comuna de Villa Alemana) con la promesa de subir a caballo. Miguel pide permiso para acompañarlos.

Los tres adolescentes suben al cerro. Sin embargo, la verdadera intención de los otros dos muchachos era aspirar neopreno con el fin de drogarse. Miguel Ángel, según su propio testimonio, molesto por el engaño de sus compañeros se aparta de ellos y se entretiene mirando el paisaje del cerro. De improviso observa una pequeña nube, blanca y luminosa alrededor de un arbusto. Asombrado por esta insólita visión huye, pero es detenido por una voz femenina que lo llama por su nombre y contempla de pie sobre el arbusto una hermosa joven vestida de blanco, con un manto azul sobre los hombros y un rosario en la cintura. Manda al muchacho decir a sus compañeros que boten la droga -uno obedeció solo por unos instantes-, tras lo cual la joven sostiene un breve diálogo con Miguel invitándolo a regresar al día siguiente. Es el comienzo de una serie de apariciones.

Conviene indicar que, a raíz del relato de esta primera aparición, se acusó a Miguel Ángel de aspirar neopreno. Sin embargo, exámenes médicos realizados al joven a raíz de las apariciones descartaron que estuviera bajo el efecto de algún tipo de droga [7]​.

Fenómenos durante las apariciones

Entre 1983 y 1988 Chile se conmovió ante las presuntas apariciones de la Virgen María en el Cerro El Membrillar de Peñablanca, que posteriormente a pedido de Virgen María pasó a denominarse Monte Carmelo. Los primeros en tener noticia de las visiones de Miguel Ángel fueron vecinos del lugar. Con el correr de los días la noticia fue divulgada por los medios de comunicación, lo que permitió que miles de personas de todos los puntos del país acudieran al lugar. El 29 de septiembre de 1983 se estima que concurrieron 100.000 personas. Las apariciones, que entre los cinco años fueron alrededor de 500, se producían en diferentes días y horas incluso de la noche. La mayoría tuvieron lugar en el Monte, otras en otras localidades, tales como Ocoa y algunas en hogares particulares.

Los éxtasis místicos del vidente ocurrían cerca de un olivo donde se presentaba la Virgen María, pero a veces él se desplazaba por diferentes partes del cerro siguiendo -según su testimonio- a la Visión de forma similar a lo observado en las niñas de Garabandal. Permaneciendo en este estado caía bruscamente de rodillas sin experimentar lesiones o realizaba posiciones difíciles para él por la lesión de la cual adolecía. Podía levantar con las manos y sin esfuerzo a personas de gran peso para ser bendecidas por la Virgen. Manifestaba insensibilidad a ciertos estímulos como la llama de una vela encendida en su mentón, recibir pinchazos en su piel con alfileres de gancho o arrancar ramas de espinos. También transmitía mensajes en idiomas que no conocía.

En ocasiones abría la boca y recibía místicamente la comunión, que en algunas oportunidades se hizo visible. El fenómeno más impresionante observado en Miguel fue la aparición de estigmas de la Corona de espinas en su cuero cabelludo, los cuales aparecían como puntos sangrantes, dando la impresión de un casco de espinas (similar a lo descubierto en los estudios a la imagen del Sudario de Turín) de forma espontánea y cicatrizaban durante el tiempo del estado extático. Lo anterior fue constatado por médicos, dos de ellos dermatólogos: Alan Rojas Canala, docente de esta rama en la Universidad de Chile y Carla Hieber, profesional alemana radicada en Chile que tuvo oportunidad de conocer en su país a la estigmatizada Teresa Neumann.

Igualmente se observaron otros fenómenos tales como movimientos en el sol, figuras en las nubes, rayos luminosos, aparición de imágenes en fotografías, lacrimación de imágenes, etc.

Los mensajes que Miguel aseguraba recibir de la Virgen, Jesús y los ángeles trataban sobre la vida cristiana, el sacerdocio y la oración. Hubo mensajes dirigidos a Chile y al mundo[8]​.

Investigaciones de la Iglesia y otros

Ante el revuelo suscitado por las apariciones, en septiembre de 1983 Monseñor Francisco de Borja Valenzuela, obispo de Valparaíso, decidió inmediatamente examinar el fenómeno. Con tal fin designó en calidad de investigador al sacerdote Jaime Fernández Montero, de los Padres de Schönstatt. Al ser consultado por la prensa sobre lo que ocurría en Peñablanca el obispo Valenzuela parafraseó una sentencia de Gamaliel en los Hechos de los Apóstoles:

"Si este fenómeno no es de Dios, pasará. Si esto es de Dios, ¿quiénes somos nosotros para borrarlo?"[9]

Simultáneamente, la Central Nacional de Informaciones (CNI), órgano de seguridad del gobierno de Augusto Pinochet, inició una investigación considerando la cantidad de personas que acudían a las apariciones además de ciertos mensajes que aseguraba recibir el muchacho de la Virgen María, tales como "Odiar el comunismo, pero amar al comunista" y la advertencia de un baleo a Pinochet y el asesinato de una autoridad de gobierno[10][11]​. Por tanto, la CNI envió cautelosamente funcionarios a sondear el lugar ante la sospecha de algún movimiento de agitación de masas. Tanto la comisión eclesiástica como la comisión de la CNI actuaron con total desconfianza uno del otro. Cabe señalar que el 30 de agosto de 1983 se perpetró el atentado al general Carol Urzúa y tres años después, el 7 de septiembre de 1986 ocurrió el atentado contra Augusto Pinochet.

El padre Fernández asistió al cerro el 29 de septiembre de 1983, cuando acudieron cerca de 100.000 personas, quedando impresionado por la afluencia de peregrinos. Al ser entrevistado dos días después señaló: "esto lo despacho en un mes" y al ser consultado sobre Miguel Ángel se refiere a él como "un niño tranquilo". Tres días después, el sacerdote recibe una amenaza de muerte si decía que la aparición era falsa. El 7 de octubre de 1983 el obispo de Valparaíso emite una declaración negativa, prohibiendo además la realización de actos de culto en el lugar. El investigador aseguró haber recibido antecedentes que todo sería un montaje preparado con el fin de distraer a la opinión pública de las Jornadas de Protesta iniciadas por la oposición al gobierno.

Tras esta declaración más los descubrimientos de Fernández los medios de comunicación, que antes realizaban una labor informativa respetuosa de lo que ocurría en Peñablanca adquirieron una actitud crítica, muchas veces sarcástica y burlesca. Miguel Ángel fue tildado de drogadicto y megalomaníaco y las personas que asistían al Monte de ser víctimas de histeria colectiva[12]​.

Con la declaración de Monseñor Valenzuela más lo descubierto por el padre Fernández podría haber concluido el fenómeno, que no obstante lo anterior continuó atrayendo fieles al lugar. Lo precipitado de las conclusiones de la investigación motivó a los creyentes en la aparición a solicitar al obispado una nueva investigación para la cual fue designada en agosto de 1984, una segunda comisión integrada en esta oportunidad por cinco docentes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Pedro Garcés Troncoso, profesor de religión; Kamel Harire Seda, teólogo; Gonzalo Ulloa Rubke, licenciado en filosofía y educación; Carlos Wärner Olavarría, doctor en física y Atilio Almagiá Flores, profesor de biología. Se acusa que dichos expertos concurrieron en escasas oportunidades al Cerro y su estudio habría estado basado en reafirmar las premisas de la investigación anterior[13]​.

El informe de esta segunda comisión investigadora se hizo público el 21 de agosto de 1984, reiterando que no había antecedentes para considerar el origen del evento como sobrenatural. Continúa la tesis de un montaje, aunque sin verificar con claridad suficiente la identidad de sus autores y se acusa al vidente de extravagancia y teatralidad. Monseñor Valenzuela hizo suyo este informe con una declaración emitida el 4 de septiembre de 1984[14]​.

Manteniendo sus juicios en contra, durante una entrevista concedida en noviembre de 1983 Monseñor Valenzuela reconoció un aumento en la piedad de los fieles.

La prohibición de celebrar misa en el Monte Carmelo fue respetada rigurosamente. En 1994, Monseñor Jorge Medina Estévez, sucesor de Valenzuela como Obispo de Valparaíso, realizó una discreta visita al lugar considerando que allí acudían fieles a orar y manifestar su devoción a la Virgen María. Ante la solicitud de algunos devotos que pudieran oficiarse misas, realizó una consulta al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto era entonces el Cardenal Joseph Ratzinger, más tarde Benedicto XVI, quién concedió la autorización recomendando que el sacerdote designado no se pronuncie sobre las apariciones[15]​. De esta manera Medina emitió un decreto en el cual, manteniendo el juicio sobre las apariciones, permitía la celebración mensual de la Misa en el Monte Carmelo por un sacerdote designado por la Diócesis de Valparaíso, autorización vigente hasta el presente, congregando en el recinto cada primer sábado de mes a fieles venidos no solo de los alrededores sino de otras regiones de Chile, incluso del extranjero.

Controversias

Participación de la CNI

El cuestionamiento preferido por los detractores de las apariciones apunta a que las presuntas apariciones marianas serían una operación encubierta de la dictadura militar de la época para desacreditar a la jerarquía católica chilena (crítica con el régimen en esos años) y desviar la atención de la opinión pública de las Jornadas de Protesta iniciadas por la oposición al gobierno. Se nombra preferentemente a la Central Nacional de Informaciones (CNI) como también a la Armada de Chile como autores del presunto fraude[16]​. Otros señalan a civiles con cargos dentro del gobierno como Francisco Javier Cuadra o el entonces ministro del Interior Sergio Onofre Jarpa quienes en su momento desmintieron cualquier responsabilidad[17]​.

La cantidad de personas que se reunían en el Monte Carmelo para asistir a las apariciones cuando toda reunión masiva estaba restringida, más algunos mensajes que Miguel Ángel aseguraba recibir de la Virgen sobre un futuro atentado a Pinochet y el asesinato de una autoridad de Gobierno despertaron la atención de la CNI, que envió discretamente agentes al lugar de las apariciones para investigar. Su presencia fue notada por El Padre Jaime Fernández Montero, quien asistió solamente a una aparición notó su presencia, sumado a que recibió una amenaza de muerte en caso de declarar que la aparición era falsa. Fernández afirmó la existencia de signos sospechosos como la utilización de transmisores de radio, aviones de la Base aérea de El Belloto que formaban las figuras que aparecían en las nubes, que los movimientos del sol eran efectos de la quema de pajas.

Acusó la presencia de una camioneta sin patente que traía los parlantes para la amplificación. Sin embargo, dicho vehículo fue adquirido por una señora de nombre Teresa Casanova Lambert con la finalidad de subir una amplificación al cerro[18]​.

Asimismo, el sacerdote señaló disponer de las identidades de las personas involucradas en el fraude, las que ocupaban puestos de importancia y se encontraba también un exsacerdote agustino. Pese al retorno a la democracia en Chile en 1990, el Padre Jaime Fernández falleció en 2016 sin revelar tales nombres.

Extravagancias e inventos del vidente

Se acusó a Miguel de llevar una conducta extravagante, a raíz de un supuesto episodio donde habría celebrado el "cumpleaños" de la Virgen María (el santoral católico celebra el 8 de septiembre la Natividad de la Virgen) en el Cerro El Membrillar emergiendo de un enorme pastel trasladado por sus seguidores. Sin embargo, el 12 de junio de 1984 se realizó un encuentro de oración en el Monte Carmelo para conmemorar el primer aniversario de las apariciones, al cual se invitó a través de los diarios, propiciando la asistencia de periodistas. Una comprometida devota tuvo la idea de llevar al Cerro una gran torta adornada con flores, coronada por una vela en honor a la Virgen. En medio de la actividad, sin previo aviso, apareció un grupo de personas trayendo en andas una torta hecha con cartón y madera de un metro de altura de cuyo interior no emergió el vidente sino un niño disfrazado de ángel, lo cual está registrado en fotografías. [19]

Igualmente se planteó que Miguel Ángel inventaba mensajes o los sacaba de la Biblia u otras apariciones, conocimientos que el joven no tenía, tampoco en la época existían los medios suficientes para que él tuviera conocimiento sobre apariciones que estaban teniendo lugar en el mundo en esos años. No tenía una adecuada formación religiosa fuera de los escasos rudimentos que aprendió durante su estancia en casa de Emelina.

Particularmente muchos clérigos católicos consideraron ofensivas las palabras de Poblete contra la jerarquía eclesiástica chilena.

La extravagante conducta de Poblete (incomprensibles "mensajes" de la Virgen, enfrentamientos con la jerarquía católica, fuertes ansias de teatralidad y espectacularidad, etc.) terminó por alejar a la mayoría de sus seguidores con el paso de los meses, mientras la Iglesia católica chilena se mantuvo firme en considerar estas "apariciones" como un engaño capaz de generar alguna forma de histeria colectiva. Este factor, junto con la conducta cada vez más errática de Poblete, redujeron el público de las "apariciones" a unos pocos cientos de personas.

El 12 de junio de 1988 tuvo lugar la última aparición, con presencia de peregrinos llegados de distintos lugares del país y del extranjero.

Deserción y cambio de sexo

Tras el término de las apariciones, Miguel viajó al Perú y se realizó un tratamiento hormonal que consistió en la aplicación de inyecciones de estrógenos. Luego retornó al país con un evidente cambio físico, causando impacto y desconcierto entre los creyentes. Los cuales, pese a haber sido previamente advertidos por la Virgen, no daban crédito a lo que veían.

Por aquel tiempo, en Chile se estaba efectuando un cambio político importante. El país pasaba de un gobierno militar a una democracia. Eran los primeros cuatro años de transición y aún estaba en vigencia una ley que impedía que Miguel Ángel usara vestimentas femeninas más acordes a su nueva identidad, pues era considerado un delito llamado “travestismo”. Para no ser arrestado y poder usar ropa de mujer, Miguel debía cambiar todos sus registros públicos, por esa razón, no le quedó más remedio que demostrar que siempre había sido una mujer y que al nacer había sido mal catalogado. Para ello, Miguel exhibía dudosos exámenes médicos que probaban su identidad femenina.

La extraña propuesta fue acogida y festinada por prensa y gobierno, quienes encontraba en esta batalla una expresión de liberación justificada ante los “represivos” años del gobierno saliente. La nueva apariencia de Miguel comenzó a ser tema recurrente en la prensa escrita y en los programas de televisión, situación que lo indujo a colocarse un nombre igual de mediático: Karole Romanov.

A pesar de estas evidentes modificaciones físicas, Poblete negó cualquier intervención quirúrgica o alteración en su vida asegurando que "había nacido mujer". En 2002 declaró en una entrevista: "Chile me mató porque me llevaron a un mundo de nada, a un mundo que yo no quería. Me usaron y después me abandonaron"[20]

Últimos días y muerte

En sus últimos días de vida Miguel Ángel Poblete, ya convertido en Karole Romanov y alejado de todos quienes tenían relación con él durante la época de las apariciones, residía en Villa Alemana asegurando seguir recibiendo mensajes celestiales de origen dudoso acompañado de un hermético y organizado grupo de seguidores denominado «Apóstoles de los últimos tiempos», compuesto de 50 o más personas mayoritariamente adultos mayores que visten un uniforme color púrpura y se encuentra inscrito en el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile. Esta entidad no tiene ningún vínculo con los fieles que hasta el presente continúan asistiendo al Monte Carmelo de Peñablanca desde distintos lugares del país, incluso del extranjero y siguen difundiendo los hechos sobrenaturales acaecidos los años 1983 a 1988.

Miguel Ángel padeció de un severo alcoholismo que arrastró durante años y le produjo un cáncer hepático que obligó a internarlo de gravedad en el Hospital de Peñablanca donde permaneció acompañado por su grupo de seguidores que no dejaba que nadie se acercara, ni siquiera un sacerdote con el fin de administrarle los sacramentos, cosa que con astucia logró realizar un sacerdote del lugar que conocía a Poblete desde la época de las apariciones. Finalmente, el sábado 27 de septiembre de 2008, a los 42 años, falleció en Villa Alemana a raíz de una hemorragia digestiva que derivó en un síndrome hepático renal avanzado.[21]​ Su cuerpo fue velado por cerca de 48 horas en la parcela que mantenía en Peñablanca. Un día después de su muerte, una de sus seguidoras le infirió un corte en su muñeca para comprobar que efectivamente estuviera muerto, procedimiento que el mismo en vida solicitó, porque aseguraba que sufría de catalepsia. Finalmente, sus restos fueron sepultado en el Cementerio General de Santiago, en compañía de amigos y seguidores. [2][22]

La imagen de Miguel Ángel Poblete o Karole Romanov se ha convertido en un ícono de la cultura popular chilena.[23]

En la literatura su historia ha sido retratada en el libro de crónicas de Pedro Lemebel, Loco afán: crónicas de sidario (1996), en uno de los episodios de la novela El Tarambana (2011) de Yosa Vidal, en el cuento de Simón Soto "Tocaré con mi mano sagrada sus cabezas" (parte del volumen Cielo negro, 2011) y en la novela Ruido (2012) de Álvaro Bisama.

Inspiró también las obras de teatro Miguel, un ángel para Chile (2009) de la compañía teatral El Cielo,[24]​ y M.A. Héroe de Peñablanca (2013) de la compañía La Santa[25]​ y la película La pasión de Michelangelo (2013) dirigida por Esteban Larraín.

Referencias

  1. «Cura que investigó apariciones de la virgen en Villa Alemana: "Fue una orden de Pinochet para acallar a los obispos"». SoyChile. 28 de abril de 2013. Consultado el 27 de febrero de 2023. 
  2. a b Emol (2008). «Cuarenta fanáticas despiden restos del "vidente" de Peñablanca». 
  3. «“Luz divina” lo convirtió en Karole Romanoff». 
  4. «Historia del Vidente de Peñablanca». Consultado el 29 de junio de 2024. 
  5. Barros Valenzuela, Alvaro (1985). Yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios. Estrella Solitaria. pp. pp.18 y 19. 
  6. Barros Valenzuela, Alvaro (1985). Yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios. Estrella Solitaria. pp. pp.25-27. 
  7. «¿Quién fue Miguel Ángel Poblete?». 
  8. Hurtado Goycoolea, Cecilia (2013). Apariciones de la Santísima Virgen en Peñablanca Chile 1983-1988. Edición Particular. pp. 19-25. 
  9. Barros Valenzuela, Alvaro (15 de agosto de 1997). «Investigaciones de la Iglesia y otros». Las apariciones de Peñablanca. 
  10. Barros Valenzuela, Alvaro (1985). «El corneta de la Virgen y el presidente de la República». Yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios. Estrella Solitaria. p. 53. 
  11. «Las razones de nuestra creencia». El Monte Carmelo de Peñablanca ¿Palabra de Dios?. 1994.  |fechaacceso= requiere |url= (ayuda)
  12. Tiempos de María, ed. (2024). «Las siete estrellas de mi corona». Consultado el 13 de julio de 2024. 
  13. Barros Valenzuela, Álvaro (1987). Yo soy la Theotokos. del Pez. p. 85. 
  14. Barros Valenzuela, Alvaro (1987). Las apariciones de la Virgen María en Peñablanca- Tomo II Yo soy la Theotokos. del Pez. pp. 109-111. 
  15. «Los misterios que comienza a develar la Virgen de Peñablanca». El Mercurio. 10 de febrero de 2008.  |fechaacceso= requiere |url= (ayuda)
  16. Cifuentes Bezanilla, Alejandro (1986). «IX. Hipótesis condenatorias». Luz y sombra en Peñablanca. Particular. p. 80. 
  17. «Fraude de apariciones de la Virgen en Villa Alemana: Acusado ex ministro Cuadra dice que «nunca supo nada» del montaje más grande en la historia». 
  18. «Monte Carmelo de Peñablanca 1983-1988». 
  19. «Monte Carmelo de Peñablanca Chile 1983-1988». 
  20. La Cuarta (31 de agosto de 2003). «Miguel Ángel: "Chile me mató"». Archivado desde el original el 9 de febrero de 2010. Consultado el 29 de abril de 2010. 
  21. Noticia cristiana (2008). «Muere el vidente fundador de “Los Apóstoles de Dios” en Chile». 
  22. El Mercurio (2008). «Últimos días del vidente de Peñablanca». 
  23. «Álvaro Bisama: "Escribo los libros que me gustaría leer"». Revista Ñ. 27 de septiembre de 2012. Consultado el 17 de diciembre de 2014. 
  24. «Obra recuerda caso "Miguel Ángel"». El Mercurio de Valparaíso. 21 de enero de 2010. Consultado el 17 de diciembre de 2014. 
  25. «M.A. Héroe de Peñablanca». Emol. Consultado el 17 de diciembre de 2014. 

Enlaces externos

  • Fundación Monte Carmelo
  • La muerte de Miguel Ángel en Televisión Nacional de Chile, Noticiario 24 Horas (27 de octubre de 2008)
  • Su paso por la iglesia
  • Encuentro en Peñablanca, 20 años después
  • "El Vidente", Radio Ambulante, 4 de abril de 2017
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